En cualquier estrategia comercial el texto publicitario es uno de los elementos más importantes que pueda haber. Al fin y al cabo, los contenidos comerciales tratan de producir una actividad o una acción en el individuo. Es por eso que la escritura publicitaria se ha perfeccionado hasta un punto muy preciso en la actualidad. Si estás pensando en dedicarte a este sector no pierdas de vista este artículo. Te explicamos en qué consiste este tipo de género narrativo.
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Índice de contenidos
¿Cuáles son las características más importantes de un texto publicitario?
Los siguientes puntos determinarían estos textos:
Claridad
Cualquier texto que trata de persuadir tiene que ser lo menos oscuro posible. Es decir, no se debe hacer uso de frases demasiado complejas ni ideas muy fragmentadas o poco definidas. Tiene que estar claros tanto la oferta como los motivos para adquirirla. Solo así te aseguras de que el mensaje que vayas a mandar llegue con efectividad a los usuarios. Eso sí, esta claridad no implica que haya que ignorar la dosis de creatividad que se requiere. Originalidad y claridad no están enfrentadas.
Síntesis
Cuanto más resumido esté, mejor. El mensaje tiene que impactar y tiene que ser recibido de una forma clara y sin tapujos. De la misma manera, no puede agotar la atención del espectador. Nuevamente, no está reñida la extensión con la claridad o la originalidad del texto que vayas a realizar. Por lo tanto, no es un impedimento ni un límite. Piensa en la inmensa cantidad de información y de publicidad que reciben las personas en su día a día. Tu objetivo es que no se agoten a mitad del texto, que lo terminen para que valoren lo que les ofreces.
Originalidad
Es crucial, especialmente ahora cuando la publicidad lo inunda todo. Tienes que tratar de llamar la atención de los usuarios de una forma ingeniosa que puedan entretener. Algo que les deslumbre o les emocione. Lo mejor suele ser apelar a diferentes emociones. Tendemos a pensar normalmente que la originalidad está relacionada con el sentido del humor y con un final gracioso o chistoso. Pero nada más lejos de la realidad. Puedes crear algo llamativo a partir del dramatismo o, incluso, de la curiosidad. ¿Entonces? Basta con que le des otra vuelta de tuerca a tus ideas, para sorprender a los usuarios y llamar su atención de alguna manera.
Coherencia
Utiliza un texto y un tono que guarden coherencia con la marca y el producto. Por ejemplo, si vendes productos de lujo a personas de cierta edad, no trates de parecer demasiado joven ni cercano. De la misma manera, haz que cada campaña publicitaria sea un todo. Aprovecha el producto que estás ofreciendo para crear, a partir de él y de sus características, el texto publicitario con el que lo vas a acompañar.
Caracterización
Dirígete hacia alguien. ¿Es para millenials? ¿Para la generación X? Que se vean representados en el anuncio. Que puedan comprender las aptitudes de tu texto en ellos mismos y verse reflejados. Es una forma muy buena de ganar en originalidad y de conectar con ellos. Y, así, puedes enfocar todavía más el mensaje en un bloque concreto de la población.
Tipos de textos publicitarios
Ahora bien, no todos los textos son iguales. Se pueden dividir principalmente en dos grandes grupos, a saber:
Argumentativos-descriptivos
Su propio nombre ya lo indica todo. Aquí, más que ninguna otra cosa, prima la coherencia que le puedas dar al mensaje y la información escogida que vayas a incluir. La persuasión tiene que ser directa y ha de fundamentarse, principalmente, en la información que haya sobre el producto. Este es un enfoque muy racional de ventas. Aquí, explicando de forma selectiva las ventajas del producto, persuades. Es decir, son sus cualidades las que animan, al final, al comprador a adquirirlo. Tú sencillamente pones de relieve las más significativas.
Narrativos
En estos textos se puede adivinar otro enfoque. Generalmente buscan apelar a la emoción, producir algún tipo de sensación concreta en los usuarios. La manera de hacerlo es a través de una narración ligada al storytelling. Es decir, contando una historia que pueda producirles algún tipo de sentimiento. A partir de aquí, se procura asociar esa emoción con el producto. Al relacionar ambos elementos, se consiguen crear compras impulsivas, se entra en otro plano. Apelando a los sentimientos de los usuarios puedes hacer que sientan interés por el producto que les estás ofreciendo. No tanto por una argumentación detallada y precisa, más bien por rodearlo de un aura que les resulta llamativa.
Usos del texto publicitario
Generalmente, una campaña de publicidad busca vender un producto, aunque no siempre es así. La idea de fondo, en cualquier caso, es la de producir una acción, lograr un cambio de actitud en el usuario. Que firme un documento, que ofrezca sus datos, que contrate un servicio o que pruebe un producto. Y la forma de hacer eso es a través de los contenidos y los argumentos. Como has podido ver, el texto es uno de los elementos más importantes y cuidados que hay dentro del proceso de conversión. Pero, eso sí, precisa de otro tipo de medidas previas que puedan dar la información que el publicista necesita para redactarlo. Por ejemplo, determinar el público objetivo, juntar esta información con una estrategia general de medios para saber por qué vías te vas a comunicar con el público y demás.
Se trata siempre de algo tremendamente profesionalizado. Piensa que incluso las palabras, su longitud o los verbos que se deben emplear y los que no, han sido monitorizados. Por eso suelen ser realizados por escritores publicitarios profesionales. Si este es un mundo que te interesa, siempre puedes encontrar estudios superiores que te ayuden a desarrollarte en este campo. Para que puedas aprender las mejores técnicas de persuasión y de escritura en publicidad. Al fin y al cabo, es una de las muchas ramas que tiene el marketing actual. Y te sirve para aplicarla en prácticamente todos sus campos.
En conclusión, la escritura publicitaria dispone de muchas técnicas y recursos, y es necesario conocerlos. Al fin y al cabo, es uno de los pilares de cualquier anuncio o campaña de marketing. Y es que, por encima de cualquier otra cosa, lo que más convence es el texto publicitario.