En el mundo del tatuaje, la seguridad e higiene en el trabajo van más allá de los requisitos del local e instrumentos. La normativa obliga a cualquier persona que ejerza como tatuador a contemplar otro tipo de exigencias. Las primeras, tienen que ver con el estado de salud del personal del estudio. Si eres tatuador, los clientes deben sentir que pueden acudir a tu negocio en condiciones de seguridad y confianza.
Para ello, es vital que muestres profesionalidad y cuidado, de acuerdo a tus atribuciones como tatuador. Algo que puedes hacer de manera sencilla siguiendo una serie de hábitos de buena práctica. Esto les transmitirá mayor confianza y les ayudará a disfrutar del procesos de creación de su nuevo tatuaje.
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Índice de contenidos
Buenas prácticas de seguridad e higiene en el trabajo para los tatuadores
Tus trabajadores y tú mismo, si vais a realizar tatuajes o piercings, tenéis la obligación de estar vacunados contra ciertas enfermedades. Específicamente, contra aquellas que se transmitan por vía sanguínea, y mientras se disponga de vacunas de probada eficacia. Tanto si eres dueño como solo un empleado, tienes la obligación de disponer de una cartilla que acredite dichas vacunas. Este certificado debe encontrarse dentro del establecimiento, a disposición de cualquier representante de las autoridades sanitarias.
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La higiene y seguridad en el entorno de trabajo
Como ya hemos dicho, seguridad e higiene en el trabajo son imprescindibles en el sector del tatuaje. De cara a la higiene, debes observar que las condiciones son las adecuadas. Asimismo, comprueba que las medidas de protección que tienes son eficaces contra los contagios de enfermedades de transmisión sanguínea.
Las normas de higiene que estás obligado a respetar como tatuador profesional son las siguientes:
- Debes lavarte las manos con agua y jabón de tipo antiséptico. Esto debes hacerlo siempre antes de iniciar cualquier práctica, y del mismo modo al terminarla. Si una operación de cualquier tipo ha debido interrumpirse por cualquier motivo, de igual modo debes realizar el lavado de las manos. Tanto al interrumpirla como al reanudarla.
- Debes utilizar para todas las operaciones guantes impermeables de un solo uso.
- Si tienes en la piel cortes, heridas, quemaduras, o lesiones inflamatorias o de tipo infeccioso, tienes la obligación de cubrirlas con vendajes impermeables. Si no pudieras hacerlo por razones médicas, debes abstenerte de realizar las prácticas hasta que las lesiones estén curadas. Esto es especialmente importante cuando la tarea se realice en contacto directo con los clientes.
- El instrumental que utilices debes estar esterilizado y desinfectado cuando haya podido verse contaminado por algún suceso durante las operaciones. Si no puede hacerse, el material debe ser sustituido para atender a nuevos clientes.
- No está permitido que los tatuadores coman o fumen en el establecimiento en el que trabajan. En el área de trabajo se debe evitar el consumo de cualquier tipo de bebida, comida u otras sustancias.
Seguridad e higiene en el trabajo: cómo aplicarlas durante una sesión
El personal debe llevar ropa específica para el desarrollo de su trabajo. Las toallas, protectores, batas, y demás elementos que puedan verse contaminados por la sangre y otros fluidos corporales deben ser sustituidos de forma inmediata.
Cada operación que ejecutes debe hacerse siguiendo unas normas de prevención de enfermedades de transmisión por la sangre que se consideran básicas. Al mismo tiempo, has de seguir unas prácticas correctas en cuanto a la higiene y la salud en el desempeño de las tareas. A la hora de realizar manipulaciones del instrumental y realizar operaciones sobre los clientes hay que respetar los siguientes requisitos:
- Antes de realizar cualquier operación, es recomendable que la zona esté libre de vello corporal e hidratada. Se recomienda que el cliente se depilare con la extracción del vello de raíz, al menos tres días antes. La hidratación de la piel sirve para que los poros no se abran.
- Antes de realizar cualquier tipo de perforación en una zona de piel, desinféctala. Para ello usa alcohol, povidona iodada u otro desinfectante eficaz.
- A la hora de aplicar tintas para un cada cliente o sesión, asegúrate que proceden de envases monodosis. Si no fuera posible, la tinta se colocará en recipientes para uso individual que sirvan para desechar la tinta restante al terminar la sesión.
- Usa barreras de protección frente a las posibles salpicaduras de la sangre.
- Si cualquier objeto es susceptible de haber sido contaminado con sangre, hay que desecharlo. Estas operaciones deben evitar accidentes de tipo infeccioso.
- Si el material acaba cayendo al suelo, es necesario que se esterilice o desinfecte de la manera adecuada antes de volver a utilizarlo.
- Si es necesario el trasvase de geles y cremas para aplicarlas de manera individual, debes usar hisopos de un solo uso.
Precauciones adicionales para los tatuajes
Una vez terminada una operación de tatuaje, deberás protegerlo con la aplicación de vaselina y un vendaje. Pasadas unas horas, el cliente podrá retirarse el apósito, a fin de lavárselo con agua y jabón de tipo hipoalergénico. Después, deberá secarlo sin frotar.
Es importante aclararle al cliente que preste especial cuidado en la higiene de la zona tatuada. Durante un periodo de uno diez días, deberá lavársela con jabón neutro al menos tres o cuatro veces al día. Deberá evitar las rozadoras producidas por las prendas de la ropa. También la acción de la luz solar directa y el contacto con el agua salada del mar.
Una vez que el cliente haya concluido este periodo de curación, debe asegurarse de que el tatuaje se mantiene saneado e hidratado. La higiene a partir de entonces debe ser normal. Se debe insistir en que utilice un protector solar adecuado en las horas de exposición al sol.
La importancia de seguir estas indicaciones de seguridad e higiene en el trabajo no solo atañe a la salud y el bienestar de tus clientes, sino que sirve también como guía de protección para ti como tatuador. De este modo, se puede prevenir el contagio de diversas enfermedades y la proliferación de otro tipo de infecciones o complicaciones en las operaciones.