Desde el inicio del lenguaje, el ser humano ha buscado poder dejar algún tipo de constancia de todo lo que sucedía. Eso llevó a la aparición de la escritura, que fue una manera de estandarizar distintos símbolos y conseguir que significaran cosas. Con la sofisticación de la escritura, muchos intelectuales buscaron agrupar la forma de escribir de alguna manera, para evitar los problemas de lectura entre personas que escribían de forma distinta. Fue aquí cuando empezaron los indicios de lo que conocemos como familias tipográficas. Pero estas realmente nacieron con la imprenta, aunque anteriormente algunas personas eran capaces ya de hacer tipografías muy similares a mano. Es muy probable que hayas visto alguna vez el diseño de un libro religioso, por ejemplo. La letra gótica empleada fue todo un logro, ya que los caracteres son muy similares entre sí a pesar de realizarse a mano completamente. Las similitudes eran tales que hasta varias personas podían utilizar tipografías escritas similares. Así pues, si quieres saber más sobre las familias tipográficas y las tendencias que se vienen para 2022, sigue leyendo.
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Índice de contenidos
¿Qué son las familias tipográficas?
Cuando la tipografía nace realmente, es pensada como una forma de estandarizar la escritura, gracias a la imprenta. Y es que, crear sistemas en los que las letras son caracteres permite hacer copias en papel más rápido de los textos. La utilización de estos caracteres permitió homogeneizar la escritura y hacer sistemas similares, ya que a menudo quedaba a la elección de la persona el diseño de cada letra. Cuanto más se utilizaban estos tipos de letras, más aceptación tenían entre la comunidad de lectores.
Asimismo, se fueron creando diferentes formas de escribir, según los caracteres utilizados. Algunos preferían la escritura en mayúscula, otros en minúscula. También había diferencias de criterio en lo que se refiere al diseño, ya que algunas comunidades hicieron caracteres más redondeados, mientras que otros preferían las líneas rectas. Así nacieron las familias tipográficas.
Hoy en día, las familias tipográficas se definen como las diferentes formas de hacer un mismo caracter. Hay quienes prefieren las formas más elaboradas y barrocas, al mismo tiempo que otros se decantan por formas más simples. Todo depende del contexto, la legibilidad y la intención comunicativa. Con la aparición de los ordenadores e Internet, las fuentes tipográficas se expandieron, adaptándose así a fondos digitales, redes sociales, diseños de cartelería, procesadores de texto, etc.
Las fuentes tipográficas se clasifican siguiendo estos criterios, por lo que hoy en día encontramos familias establecidas y otras más vanguardistas que buscan romper con lo establecido y popularizarse.
¿Cuáles son las famílias tipográficas?
Hay distintos tipos, como verás a continuación:
- Serif: Se trata de fuentes que terminan en adornos. Esto quiere decir que no se limitan a hacer líneas rectas y curvas, sino que también añaden pequeños detalles al final y al principio de algunos caracteres. Es un estilo clásico que transmite autoridad y respaldo.
- Sans serif: Al contrario que las anteriores, estas no tienen el serif, sino que utilizan el palo seco. La letras siguen su cauce normal, sin demasiados adornos. En este caso, encontramos diferencias entre cada fuente por el grosor, el ángulo de cada trazo, etc. Este tipo de letras es mejor utilizarlas en textos cortos, ya que a la larga puede dificultarse la lectura.
- Manuscritas: Estas letras utilizan caracteres especiales que imitan la escritura y el trazo a mano. La letra cursiva suele englobarse dentro de este tipo de fuente. Se reservan, principalmente, para títulos de textos o para fragmentos cortos como poemas.
- Fuentes de exhibición: Como su propio nombre indica, se utilizan sobre todo en casos concretos, como carteles o diseños de redes sociales corporativos. Así, cualquier empresa o diseñador puede crear su propia fuente de exhibición y utilizarla en sus canales de comunicación.
- Imágenes y símbolos: Otras fuentes rechazan la utilización de caracteres basados en alfabetos, por lo que utilizan símbolos y emojis. Sin duda, es una forma nueva de comunicación, aunque no se puede juzgar por los mismos parámetros que las fuentes tradicionales.
¿Cómo elegir la mejor tipografía?
No hay una tipografía perfecta, ya que cada una aporta una serie de elementos y es recomendable en un momento concreto. Por eso, es importante tener en cuenta las sensaciones que transmiten. En el caso de un cartel, la tipografía y su espíritu tendrán que casar con el mensaje para no provocar incoherencias.
En el caso de los textos, es importante elegir alguna que no canse mucho la vista y que sean legible. Por este motivo, las letras sans serif pueden ser poco recomendables en obras muy largas, ya que sus formas simples pueden acabar por confundirse entre sí. También es importante tener en cuenta la distancia que va a existir entre el observador y el texto en particular. Esto es debido a que esto puede difuminar la legibilidad de la letra. Es importante elegir una letra que no sea ni demasiado fina ni demasiado gruesa. El equilibrio es esencial, especialmente a medida que nos acercamos a unos 7 u 8 metros del cartel en cuestión.
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