La musicoterapia para niños ha demostrado muchos beneficios, no solo en el aspecto psicológico, sino en todos los ámbitos. La música te transmite y te despierta todo tipo de sentimientos. Durante la infancia, implica una serie de ventajas muy positivas para los menores, especialmente si se emplea como terapia. En este post describiremos cuáles son estos beneficios y describiremos una serie de actividades para practicar y estimular su desarrollo psico-motriz.
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Índice de contenidos
¿Qué es la musicoterapia para niños?
La musicoterapia es la conjunción de terapia y música, cuyo fin es mejorar determinados aspectos psicológicos. También ayuda en el desarrollo de los pequeños y en la comprensión de sí mismos. Durante esta terapia musical, los niños emplean sus diferentes sentidos para agudizarlos. Esto consigue activar los procesos neuronales, lo que favorece el cerebro y, con ello, las diferentes competencias del desarrollo.
Esta forma de transmitir la música a los menores está orientada para todos los casos, aunque es muy positiva en niños con autismo, TDAH, etc. La estimulación de los sentidos y el aprendizaje musical les permite acercarse a un bien cultural. Son tantos los beneficios que representa esta técnica que se merecen una presentación detallada.
Beneficios de la musicoterapia durante la infancia
Sin duda, la música nos influye, incluso dentro del útero de la madre. Por eso, muchos especialistas suelen recomendar que las embarazadas escuchen música clásica. La relajación de los acordes instrumentales supone un bien para el cerebro del feto o del niño. Por supuesto, a los adultos también nos causa una reacción positiva.
Una de las ventajas de la musicoterapia en los niños es que contribuye a un adecuado crecimiento y un mejor acercamiento a la madurez.
La música estimula el cerebro
Por algún motivo, la música consigue activar muchas regiones de nuestro cerebro. Esto se traduce en un mayor funcionamiento del órgano más importante, ya que en él se elabora nuestra personalidad.
Desde la neurología, sabemos que una composición musical que llega a nuestros oídos provoca la creación de dopamina. Se trata de un neurotransmisor que nos causa satisfacción, tranquilidad y bienestar. Si conseguimos estimular esta sensación en nuestros pequeños, estamos logrando que crezcan felices y sean menos propensos a la depresión.
A su vez, lo anterior consigue que los niños con hiperactividad se sientan más relajados. La música también consigue que se puedan concentrar mejor: solo debes elegir los sonidos adecuados para el momento oportuno. Así, si escoges un ritmo más dinámico, posiblemente logres estimular la creatividad en el menor.
Aumenta la autoestima de los pequeños
El autocontrol que consigue la musicoterapia eleva la autoestima de tus pequeños. Esto implica encontrarse con sus emociones y poder comprenderlas mejor. Al mismo tiempo, esta seguridad que se crea en ellos la terminan canalizando para resolver cualquier problema que se les presente.
Sin duda, esto les ayudará a corregir su conducta y a ser más autónomos. Su agilidad mental se verá aumentada, lo que les llevará a tener más interés en aprender de su alrededor.
Es importante que, como adulto, ayudes a los pequeños a acercarse a aquella música estimulante. En este sentido, la instrumental, sobre todo la clásica, es idónea para llegar a las metas que nos proponemos.
Mejor motricidad
La motricidad es un punto importante que maneja la musicoterapia. Su desarrollo se lleva a cabo a través del acercamiento del niño a los diferentes instrumentos. Por supuesto, el juego es imprescindible para motivar al menor a realizar actividades en este sentido.
Debemos lograr que se muevan. Podemos indicarles cómo bailar, o que dejen que su cuerpo se exprese al escuchar un determinado ritmo. Ciertos instrumentos les permitirán, al estimular la movilidad de sus dedos, mejorar su motricidad fina. La batería, la percusión, tambores o el piano mejorarán este aspecto.
Por otro lado, la expresión corporal es muy positiva a la hora de liberar estrés, especialmente en niños con hiperactividad. Del mismo modo, el canto tiene muchas ventajas, ya que ejercita los diversos músculos del rostro. Imagínate lo que podemos conseguir si animamos a los pequeños a dirigir su propia orquesta imaginaria.
Les ayuda a socializar
Como muchas terapias orientadas a la infancia, se convierte en imprescindible la socialización, tan necesaria durante las primeras etapas. El humano es un ser social. Nos fortalecemos al estar en contacto con nuestros semejantes. Mejoramos en comunicación y nos volvemos más tolerantes. Del mismo modo, la socialización nos permite acercarnos a otras culturas y a aprender mucho de la vida y de la historia.
En un niño, socializar significa adquirir todas las herramientas para enfrentarse al mundo de una manera figurada. Su éxito futuro radicará en saber resolver los problemas que vayan apareciendo. Esto implica superar los obstáculos y mirar siempre hacia adelante. Si queremos enseñarle de esta manera, debemos hacer que el pequeño se sienta seguro al tratar con el resto.
Al adquirir una mejor comunicación y expresión, le será más sencillo decir lo que siente. En este sentido, esta terapia es perfecta para los niños con cualquier grado de autismo.
¿Qué actividades que se realizan en musicoterapia?
Al acostumbrar a los pequeños a que oigan música de fondo, estás consiguiendo una ventaja. Pero, si además consigues que presten atención a una determinada composición, habrás conseguido dar un paso más.
Cuando hablamos de niños pequeños no puede faltar el juego. Por eso, una de las actividades que te proponemos es hacerles sentir que están en una banda de música. Puedes comenzar con enseñarles a tocar un instrumento sencillo y que sigan el ritmo. Esta disciplina podrán aplicarla lentamente a otros contextos de sus vidas.
¿Quién no ha disfrutado del juego de las sillas, mientras sonaba una pieza musical? Esta es una excelente idea que, además, les ayuda a socializar con otros niños. En el caso de los más pequeños, hay que intentar evitar los castigos si no llegan a sentarse. Recuerda que lo importante es que se diviertan, y dejar de lado la excesiva competencia.
Cantar es otro ejercicio positivo, favorece la dicción, así como la expresión corporal. Los más pequeños pueden ir aprendiendo más palabras y enriquecer su léxico. A través de canciones en otros idiomas, además, aprenden más fácilmente nuevas lenguas.
La musicoterapia para niños se ha convertido en una técnica cada vez más necesaria, por todas las ventajas que implica. Interviene en su desarrollo cognitivo y psicomotriz, lo que les ayuda a superar las dificultades y les permite comunicarse mejor.