La elaboración de vinos espumosos requiere de un proceso distinto que los vinos tradicionales, utilizándose el método charmat. Este proceso consigue una mayor cantidad de producto y optimiza la producción de vino espumoso. Puede que eso no lo haga precisamente muy atractivo a ojos de los enólogos más tradicionales, pero no significa que no debas conocerlo. Así que, si quieres aprender más sobre este método, sigue leyendo este post.
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¿Qué es el método charmat?
Como hemos comentado, el método charmat es una técnica para elaborar vinos espumosos. El término lo acuñó su inventor, Eugène Charmat, a principios del siglo XX. Se parece mucho al método tradicional, salvo por una diferencia muy característica: la segunda fermentación se realiza en tanques de acero en lugar de en las mismas botellas. Otros procesos realizan las doble fermentación individualmente en cada botella, como es el caso del método champenoise. Sin embargo, el cambio introducido por Charmat hace que la producción sea más rápida. Esto trae consigo cierto debate en el sector: ¿optimizar el proceso o ser fiel a las tradiciones? Hay quién sostiene que una automatización del método conlleva perder calidad, pero eso no siempre es cierto.
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Cómo se emplea el método charmat
En este método, el vino base y el licor de tiraje se unen en tanques de acero inoxidable y después se trasladan a los de toma de espuma. Estos segundos tanques son totalmente herméticos y tienen un control computarizado de entre 12 y 14 grados. El objetivo es emular las condiciones de una bodega, donde en otros métodos, el vino se deja fermentar en las propias botellas.
Dentro de los tanques, el vino base está en constante movimiento. Esto mantiene las levaduras en suspensión y favorece el intercambio con ellas para otorgarle leves notas, cremosidad y volumen. Al terminar, el espumante se conserva en contacto con las borras de la levadura el tiempo necesario que estime cada enólogo. Es precisamente en esta parte del proceso lo que dotará de estilo a nuestro vino.
Cuando el proceso finaliza, el vino se estabiliza a -3 grados y pasa por una centrífuga que elimina los sedimentos. Finalmente, se embotella en líneas presurizadas para mantener las burbujas características y se distribuye.
Pros y contras del método charmat
Si se quiere producir con el método de Eugène Charmat, hay que conocer los pros y contras que presenta este proceso. Como ventajas, destaca por:
- Permitir trabajar con mayores volúmenes de vino.
- Inversión económica menor que en otros procesos.
- El producto final sigue siendo de calidad.
No obstante, hay que seguir poniendo el foco en el considerable pero del sector: su menor reputación. Muchos artesanos, enólogos y sommeliers siguen apostando por mantener las tradiciones y por los productos elaborados con más atención al detalles. No es de extrañar, puesto que el ámbito de la enología es muy conservador y la elaboración de vinos puede considerarse, sin lugar a dudas, un arte en sí mismo. Aunque el método champenoise sea el favorito, eso no implica que no se pueda competir con otros procesos. Porque cada vez más marcas están elaborando un producto competente y de gran calidad a través del método charmat, por lo que el panorama dentro de esta disciplina sigue cambiando.
¿Qué es el método champenoise?
El método champenoise es el principal rival del charmat. Está considerado como el mejor para la elaboración de vinos espumosos, ya que el champagne de Francia se elabora siguiendo sus directrices. Según muchos expertos, este proceso asegura la calidad de las burbujas y la complejidad del vino, pero el asunto no está exento de debate.
Con este proceso, la elaboración del vino empieza con el vino base y el licor de tiraje embotellados y cerrados en posición horizontal. Las botellas permanecen entre nueve meses y 6 años en la bodega, que debe tener una temperatura constante de entre 12 y 14 grados.
Durante este tiempo de maduración, el espumante integrará el gas carbónico y ganará en cremosidad, volumen, aromas y sabores a levaduras. Para conseguir el estilo que buscamos, dejaremos pasar más o menos tiempo. Una vez se haya formado la espuma, las levaduras se deben eliminar para conseguir un espumante totalmente limpio.
Alcanzado este punto, las botellas se colocan en pupitres para realizar el removido dentro de giro pallets: unos contenedores que giran las botellas igual que lo haría la mano. El objetivo es conseguir que las levaduras se deslicen en dirección al cuello de la botella para congelarlo y destapar la botella a fin de que la presión las expulse de forma natural.
¿Qué diferencia hay entre el método charmat y el método champenoise?
Como ya hemos comentado con anterioridad, el método charmat y el método champenoise son dos procesos diferentes para lograr el mismo tipo de producto. El charmat produce el vino espumoso a partir de un tanque de acero inoxidable, donde realiza la segunda fermentación “a gran escala”. En cambio, en el champenoise, el enólogo fermenta el producto ya embotellado, uno a uno, y las botellas se giran una a una para conseguir la segunda fermentación.
Esto implica que producir con el método champenoise sea más artesanal y tenga mayor reputación, pero también que sea más caro. En cambio, hacerlo con el método charmat es más barato, aunque ciertos sectores de la enología no lo tienen en la misma consideración en cuanto a calidad.
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