Pocas sensaciones hay tan agradables como la de componer música. Posiblemente estés aquí porque tú también quieras crear tu propia canción o porque te interese saber cómo se hace. Para muchas personas les resulta sencillo crear letras, pero luego a la hora de encontrar los tonos adecuados les cuesta. Si te sientes identificado o identificada, hoy te aportaremos unos buenos consejos para que tu música suene realmente bien. ¡Así que continua leyendo!
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¿Cómo componer música?
Se suele hablar de métodos o de fórmulas para la composición de la música. Lo cierto es que en ello hay un poco de verdad. Como te explicaremos, gran parte de las canciones más conocidas se componen solo de tres acordes. Incluso otras melodías más complejas tienen una base sencilla. Aquí te decimos los pasos que se suelen seguir para componer canciones:
La teoría de los tres acordes
Como te íbamos diciendo, en casi cualquier composición básica aparecen tres acordes que siempre suenan bien juntos. Da igual el orden en el que quieras tocarlos, son acordes primarios y constituyen la base de toda canción, apareciendo en cualquier escala mayor. El método es simple: tocas un acorde que identifica el tono de tu composición, y ves cuál es la cuarta y quinta nota de dicha escala.
Los acordes primarios
El primero de los acordes primarios es el tónico. En él se construye la armonía de la nota. El acorde subdominante es la cuarta nota que te hemos mencionado. Por último, el dominante es la quinta nota.
¿Qué estructura sigue una canción?
Una vez que repasada la teoría de los tres acordes, vamos a darte ciertas estructuras. La mayoría de ellas llevan: estrofa – estribillo – estrofa – estribillo – puente – estribillo.
Aunque también es habitual ver solo estrofa – estribillo – estrofa – estribillo. Las opciones son infinitas: experimenta y simplifica, siempre.
Estudios para componer música
El estudio ideal para grabar tus primeras canciones puedes encontrarlo en tu ordenador. Si te animas a hacerlo hazte con una buena tarjeta de audio, un software para producir música, monitores de estudios, un par de micrófonos y auriculares de estudio. Con esto, es más que suficiente para empezar a crear tu propia música.
Además, su principal ventaja es que puedes comenzar inmediatamente a componer con la menor inversión posible económica y de tu tiempo. Y más importante aún, es una etapa clave para empezar a crecer y a madurar como artista o productor. ¡Aprenderás un montón!
Consejos para componer música
Una vez que sabes la teoría básica de los tres acordes, vamos a darte algunos consejos. Los siguientes pasos que te vamos a proporcionar no tienen por qué seguir un orden concreto. Son solo consejos que constituyen un sistema y que se complementan entre sí.
1. Leer
Así es, el primero es simplemente leer. De este modo, podrás empaparte de la sonoridad de las palabras. Sobre todo, te aconsejamos leer poesías o letras de otras canciones y que lo hagas en voz alta. Uno de los consejos básicos para componer tu propia música es aprender antes a disfrutar del sonido de las palabras. Disfruta de las imágenes, de las expresiones que se crean y de cómo los estribillos enganchan a los oyentes.
2. Escuchar música
Si quieres componer tus propias canciones probablemente ya lo hagas. No obstante, queremos recalcar lo importante que es. No escuches además la música de siempre, cuanta más variedad tengas en tu repertorio, mejor. Tus creaciones se impregnarán de autenticidad y de originalidad. Así mismo, con este caudal estarás abriendo tus oídos y regalándoles una larga vida sonora.
3. Analiza tus canciones favoritas
No es un paso complicado. Tan solo tendrás que observar cómo tus ídolos organizan sus canciones. De este modo, tendrás una plantilla que haga tu trabajo más sencillo.
4. Estudia música en su medida justa
Para componer es adecuado saber un poco de música. No obstante, hay un gran “pero”: no necesitas tener un conocimiento excesivo para comenzar a escribir canciones. Incluso podría llegar a ser contraproducente. Hay una realidad que existe y que a muchos les cuesta aceptar, pero es así: con tres o cuatro acordes es posible crear una obra maestra. Ya tendrás tiempo de aprender tecnicismos más adelante y hacer más sofisticada tu música. Si quieres, claro.
5. Escribe y mucho
Todo en esta vida se aprende con práctica. Así es, todo. Muchos hablan de talento, y podemos encontrar un poco a veces, pero sobre todo es siempre práctica. Lleva una libreta o notas en el móvil y escribe siempre que puedas, en todas partes. Pretende escribir canciones con ello, pero también haz un poco de escritura libre. Es importante que le pierdas el miedo al papel. No te juzgues por lo que has escrito, tan solo hazlo.
6. Copia
No estamos hablando de que plagies, pero sí que es necesario copiar ciertas cosas. Todos lo hacemos en todo tipo de aprendizaje, es natural y se simplifican procesos. Más tarde, ya te preocuparás de fusionar otras fuentes, combinar y crear. Seguro que no llegas a imaginar la gran cantidad de obras míticas que llevan una secuencia de acordes similar. Existen muchas formas de copiar: dejes al cantar, acordes, etc. Insistimos en que no se trata de clonar, sino de tener un buen punto por el que partir.
7. ¿Qué quieres contar?
No tienes que tener siempre decidido de lo que quieres hablar en tus canciones, pero es más fácil crearlas si tienes una idea de partida. Al menos, saber si quieres contar una reivindicación, un sentimiento, una confesión, una denuncia, etc. Puedes ser un libro abierto para los demás o utilizar metáforas imposibles. Si no sabes cómo hacerlo, simplemente vuelve al paso cinco: escribe, a ver qué sale.
8. Regálate un voto de confianza
Crear música es un acto de fe. Tienes que confiar en ti, saber qué lo conseguirás. La composición de música es un proceso casi mágico, por eso tienes que dejarte llevar y tener la mente abierta. Habrá días más y menos inspiradores, pero lo importante es dejar atrás el perfeccionismo y no juzgarte. Acepta tus torpezas y tus malos resultados, el proceso de exigencia vendrá muy a posteriori.
Componer música requiere poco más a parte de querer hacerlo. Si estás dispuesto a disfrutar y a dejarte sorprender, ya tienes la mitad del trabajo conseguido. ¡Cuidado, que engancha!