Hay personas que, después de adquirir o adoptar un perro, se encuentran con que el animal presenta algún que otro problema de conducta. Los problemas más habituales suelen ser los ladridos, las mordeduras o los orines en cualquier lugar. En los casos más difíciles, aparecen conductas agresivas e inseguras. Ante alguno de estos casos, hay que recurrir a un adiestrador de perros profesional, quien hará uso de diferentes técnicas de modificación de la conducta canina. Estas constan de un conjunto de herramientas para mejorar la convivencia entre personas y mascotas. Ahora bien, ¿cómo aprenden los animales? ¿Cuáles son las técnicas de adiestramiento canino básicas? Te lo explicamos en este post.
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Índice de contenidos
¿Qué es la modificación de la conducta canina?
Las técnicas de modificación de la conducta canina engloban una serie de herramientas y mecanismos que están diseñados para cambiar el comportamiento de los perros. Mediante su uso se puede corregir el exceso de agresividad, la inseguridad, las mordeduras, los gruñidos y comportamientos no deseados que afectan negativamente a la convivencia entre las personas y los animales de compañía.
Durante este proceso de modificación de la conducta, el comportamiento del perro se va moldeando. Eso sí, siempre respetando su propia autonomía y naturaleza. El objetivo no es eliminar o borrar sus rasgos animales y de personalidad, sino detectar aquellas conductas problemáticas que han aparecido fruto de un cambio en él o en su entorno.
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¿Cuáles son los tipos de aprendizaje animal?
Para conocer las conductas de los perros y la forma de modificarlas, debemos saber qué tipos de aprendizaje pueden servirnos. Existen dos grandes grupos:
Aprendizaje asociativo
El aprendizaje asociativo consiste en relacionar un estímulo neutro con uno que sea significativo para el animal. Se trata del tipo de aprendizaje más habitual y podemos subdividirlo en:
- Condicionamiento clásico. Se asocian estímulos neutros con acciones reflejas del animal o estados emocionales. Puede ser un sonido, un gesto o incluso una combinación. Por ejemplo, entrenar al perro para que cuando escuche un chasquido, se siente.
- Condicionamiento instrumental. Dentro de este tipo de aprendizaje encontramos los conceptos de “refuerzo positivo” y “refuerzo negativo”. Está basado en que una acción tiene consecuencias. El animal aprende, por ejemplo, que si se sienta al lado de su dueño cuando come, puede que le dé un trozo. O que, si ladra y se pone muy nervioso, puede que le dejen subir al sofá.
Aprendizaje no asociativo
Dentro del aprendizaje no asociativo podemos diferenciar entre:
- Sensibilización. Consiste en un aumento de la respuesta como consecuencia de una repetición del estímulo. Es un proceso muy habitual con los ruidos (las tormentas o los petardos).
- Habituación. Consiste en la disminución de una respuesta frente a un estímulo a través de su repetición y escasa relevancia. Por ejemplo: un perro adoptado se sobresaltará la primera vez que escuche el ruido de un coche pero, cuando sea algo habitual, lo obviará, porque ya no le afectará.
Técnicas de modificación de la conducta canina
Aunque cada adiestrador tenga sus propios mecanismos, existen diversas técnicas que suelen aplicarse de forma habitual. Toma nota:
Contracondicionamiento
Esta técnica busca cambiar una respuesta negativa, como el miedo o la ansiedad, por otra que sea más positiva. Es decir, hay que enseñarle al perro una respuesta positiva para sustituir la conducta negativa. Esta conducta sustitutoria puede ser:
- Incompatible: cuando le ordenamos que realice una conducta con la que no pueda comportarse de forma indeseada. Por ejemplo, si le ordenamos sentarse, no podrá saltar.
- Dificultosa: cuando la nueva orden supone un obstáculo para la conducta indeseada. Por ejemplo, si le ordenamos que se tumbe, le será más difícil ladrar.
- Diferente: cuando relacionamos un estímulo con algo positivo. Por ejemplo, cuando después de este estímulo le damos un premio.
Desensibilización sistemática
Esta técnica consiste en exponer al animal al estímulo que produce la respuesta indeseada. De esta manera, poco a poco dejará de aparecer dicha reacción. Se trata de una técnica de modificación de la conducta canina relativamente efectiva para afrontar los miedos y las reacciones consecuentes.
Exposición controlada
Esta técnica es especialmente efectiva a la hora de gestionar trastornos de ansiedad, por ejemplo. Consiste en hacerle afrontar al animal una situación temida de forma controlada y de acuerdo con unas pautas. Se debe hacer de forma repetida, gradual (de menos a más) y siempre con nuestra supervisión.
Habituación
La habituación consiste en la reducción de la tasa de respuestas de un perro cuando es sometido a la exposición de un estímulo. Esta exposición debe ser repetida y relativamente constante, a fin de poder ir reduciendo la intensidad de las respuestas.
Extinción
La extinción consiste en utilizar un castigo para eliminar algo que el dueño le daba al animal y le generaba placer. Por ejemplo, pedir comida en la mesa o requerir demasiada atención cuando se llega a casa. Estas conductas pueden ser eliminadas de forma radical. Para ello, no se debe permitir nunca esta actitud ni ceder a ella para que no se vea recompensada.
Refuerzos
Como hemos explicado anteriormente, los refuerzos pueden ser tanto positivos como negativos. El objetivo es que el animal relacione un estímulo con un premio o un castigo. Por ejemplo, que aprenda que al sentarse se le recompensará con una golosina.
Como puedes ver, existen muchos métodos distintos para modificar la conducta de un perro. Con conocimientos y práctica, podrás perfeccionar tus habilidades como futuro adiestrador canino. Y nada mejor para ello que especializarte a través de nuestro máster online en adiestramiento canino. No olvides solicitarnos información. Te esperamos.