¿Te has preguntado como hacer cerveza casera alguna vez? Ahora será más fácil que nunca gracias a nuestra receta de cerveza artesanal. En este post te facilitamos todos los ingredientes y pasos que necesitas seguir para crear tu propio brebaje en casa. Toma nota y manos a la obra.
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Índice de contenidos
Materiales necesarios para hacer cerveza artesanal
Los ingredientes para hacer cerveza son: agua, el cereal que elijas, levadura y lúpulo. Además, deberás disponer de los siguientes materiales:
- Cubo de fermentación: Los hay de diferentes tamaños y capacidades Lo importante es que soporte grandes temperaturas y tenga una buena calidad para contener alimentos.
- Airlock: esta herramienta nos permitirá evitar que un cubo suelte el Co2 producido por la fermentación. También evita que entre en contacto con el contenido cualquier contaminante.
- Densímetro: con él podrás calcular la fuerza del mosto de la cerveza (el líquido que se obtiene antes de la fermentación y que se aromatiza con lúpulo antes de ser infusionado).
- Termómetro: se instalará en la olla para calcular a qué temperatura se “cocina” el líquido.
- Tubo para hacer el trasiego.
- Pipeta para embotellar.
- Botellas (de 33cl) para rellenarlas.
- Tapones o chapas para cerrar las botellas.
- Producto especializado de limpieza. Es muy importante esterilizar el material una vez acabado todo el proceso de fabricación.
- Olla de acero inoxidable.
Ahora, pasemos a la acción.
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Receta de cerveza artesanal paso a paso
Elige el cereal y procede a su malteado
Todo dependerá del sabor que quieras que tenga tu cerveza. Aunque la cebada es el más usado, hay otras alternativas. El trigo, por ejemplo, es siempre aconsejable para conseguir una cerveza más ligera. La cantidad de cereal para fabricar un litro de cerveza es de 175 gramos. Cuando elijas el que prefieras debes meter los granos en remojo hasta que germinen. Sécalos, elimina los tallos y tuéstalos en una plancha o sartén. No olvides que a mayor tostado, más oscuridad en la bebida final.
Muele y macera los granos
Cuando tuestes los granos, debes molerlos muy bien. Posteriormente, debes hervir el resultado. No te olvides de añadir los lúpulos (de amargor, de sabor y de aroma). Para cada litro necesitarás unos tres gramos de lúpulo. Ten en cuenta que tu objetivo es conseguir un extracto con un nivel de azúcar por cada 100 ml de agua equilibrado. Este mosto contiene: azúcares fermentables, nitratos de aminoácidos, vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales para que la levadura haga su efecto. La misma, no afecta a los azúcares no fermentables, las dextrinas, las proteínas solubles y otras sustancias. No te preocupes, esto es lo que le da espesor a la cerveza.
La primera maceración dura una hora. Tienes que ir moviendo la mezcla de agua y polvo de cereal hasta que se gelatinice la mezcla. La cebada necesita una temperatura entre los 60 y los 65 grados. El trigo entre 58 y 64. El centeno entre 57 y 70. La avena entre 53 y 59. Recuerda controlar el pH para que se encuentre entre el 5.4 y el 5.8.
Deja descansar la mezcla a una temperatura de entre 35 y 45 grados durante 20 minutos. Evitarás la oxidación subiendo la temperatura a 60 grados antes de este periodo de tiempo. Cuando la temperatura baje, habrá llegado el momento de la última maceración. Sube la temperatura a los 68 grados y mantenla durante una hora. Conseguirás que tu cerveza adquiera sabor y textura.
El filtrado
Como supondrás, el líquido fermentado incluye polvo de cereal y es ligeramente viscoso. El objetivo es conseguir ya un mosto limpio de restos de malta. Para hacerlo tienes dos opciones:
- Usar un colador de gran tamaño o un filtro específico. Los encontrarás en comercios especializados. Solo tienes que contar con un depósito que pueda albergar el mosto producido.
- Una prensa. Se coloca el mosto en su interior y se va prensando para su aprovechamiento. A los restos sólidos se les denomina bagazo y pueden servirte para darles de comer a tus animales.
La cocción
Debes comprobar que el mosto está totalmente limpio. De ser así, ponlo en un recipiente a hervir. Lo que se busca es subrayar los aromas del lúpulo y potenciar el amargor. El calor esteriliza al mosto, coagula las proteínas que contiene y elimina olores desagradables. Debes hervirlo durante una hora como mínimo.
El centrifugado
Es tan fácil como mover el mosto en círculos creando un torbellino central. Poco a poco, las partículas sólidas se irán al fondo. Usa un removedor que hayas esterilizado y no tengas prisa. La técnica aumenta el sabor y te permite enfriar el mosto antes de añadir la levadura.
La fermentación
Te permite conseguir que los azúcares fermentables se conviertan en alcohol y en CO2. El proceso también contribuye a conseguir ya un resultado aproximado a una cerveza. Elige la levadura que prefieras, ale o lager, y procede de la siguiente forma.
Usa un fermentador (tanque especialmente preparado para este proceso). Añade el mosto y un gramo de levadura por cada litro. Deja la mezcla entre cuatro y siete días. A más tiempo, más graduación alcohólica obtendrás.
Como agente clarificante puedes usar una gelatina sin sabor específica. Debes hervir 100 ml de agua por cada 10 gramos de gelatina. Espera a que baje la temperatura a 50 grados y dilúyela en la mezcla con una cuchara esterilizada. Mantén la temperatura a un máximo de 10 grados durante una semana. El resultado será totalmente cristalino.
La maduración en frío
Es importante que sepas que la levadura fermenta a una temperatura de entre 15 y 20 grados. El frío corta el proceso y te ayuda a conservar el aroma y el sabor. Lo más adecuado es que el cambio de temperatura sea brusco.
Si has usado una levadura ale, baja a 10 grados durante 14 días. Si has usado una lager, baja a tres grados durante cinco días. No es aconsejable que el tratamiento en frío dure más de 15 días. No olvides que la segunda fermentación se lleva a cabo en la botella. Para ello, es necesario disponer de partículas de levadura en suspensión. Un frío excesivo las condensa y las manda al fondo, por lo que no es conveniente.
Filtrado y embotellado
Vuelve a filtrar la cerveza, puedes pasteurizarla para eliminar cualquier resto. Envásala como prefieras y ponla a enfriar. Podrás darles a probar tu creación a tus amigos y familiares cuando quieras. De hecho, descubre aquí cómo hacer una cata de cervezas en casa.
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