¿Te has preguntado alguna vez en qué capa de la piel se hacen los tatuajes? ¿Dónde se almacena o qué le ocurre al ser tatuada? Lo cierto es que el tatuaje es el resultado de inferir ciertas agresiones sobre nuestra piel y su intento por protegerse. Por ello es importante que para provocar el menor daño posible acudamos a un estudio de tatuaje profesional. Es vital seguir al pie de la letra las medidas higiénicas que acompañan a esta profesión.En el post de hoy hablaremos sobre la estructura de la piel y qué ocurre cuando se tatúa. Continúa leyendo e informarte sobre este proceso si están pensando en tatuar alguna parte de tu cuerpo.
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¿Qué capa de la piel se hacen los tatuajes?
Para responder a esta pregunta debemos conocer la estructura de la piel. La primera capa que vemos es la epidermis. Esta es la parte más fina y superficial. Tiene un espesor de 0,1 mm y las células que la componen se van regenerando constantemente. Esta es, por lo tanto, la capa que se perfora con la aguja de tatuar, hasta 50 mil veces por minuto.
Cuando la aguja perfora la epidermis llegamos a la dermis, la capa más gruesa. Es en ésta donde se tatúa y se almacena la tinta. A diferencia de la primera, la dermis contiene terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos, por eso duele y sangramos cuando nos tatuamos.
En tercer lugar encontramos la hipodermis. Es la capa más profunda, en la cual no se debe nunca tatuar. De lo contrario pueden aparecer halos en el dibujo, además de provocar un dolor y un sangrado intensos.
¿Cómo se tatúa la piel?
La aguja cargada de tinta traspasa la primera capa hasta llegar a la dermis, donde liberará los pigmentos de color. A su vez se rasgan nervios y vasos sanguíneos, lo que provoca dolor y sangrado.
En cada perforación la aguja de la máquina de tatuar crea una especie de tubo en la capa de la piel, a través del cual inyecta tinta hasta llenarlo. Así poco a poco se va definiendo el dibujo. Lo que ocurre después hace que el tatuaje dure de por vida.
¿Por qué no se borra un tatuaje?
Justamente un tatuaje no se borra porque la piel activa su mecanismo de defensa. Veamos cómo funciona. Al inyectar gran cantidad de tinta la piel reacciona encapsulándola, como ocurre con cualquier sustancia externa. La aísla para protegerse. Las células de la piel crean una película al rededor del tubo, creado anteriormente con la aguja de tatuar. Esta película o cobertura consigue almacenar la tinta para que no se escape y, a su vez, hace que el tatuaje quede de forma permanente impregnado en la piel.
Además, el proceso de cicatrización juega también un papel importante. Este proceso sella las heridas provocadas por la aguja, en cada perforación de la epidermis. De modo que cada tubo relleno de tinta queda sellado por todos lados, tanto interna como externamente. Pero para que el tatuaje cicatrice correctamente es necesario seguir una serie de pautas.
Debemos evitar que el tatuaje se infecte, ya que no deja de ser una herida. Para ello es importante taparlo y lavarlo con jabón para mantenerlo limpio. Los tatuadores profesionales también recomiendan aplicar crema humectante sobre el tatuaje, para procurar mantenerlo hidratado y favorecer la cicatrización.
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Tatuajes en piel morena
Lo cierto es que antes de tatuar se debe tener en cuenta factores como el tono de la piel. Si es más bien oscura el profesional deberá optar por colores vivos y tirar líneas gruesas. Es recomendable, por lo tanto, no optar por dibujos con pequeños, con muchos detalles ya que podrían pasar desapercibidos y no apreciarse bien el dibujo. Los mejores tatuajes en piel morena son grandes con colores muy vivos, ya que cuanto más oscura sea la piel más distintos se verán los colores en su resultado final.
¿Qué tipo de piel no es apta para un tatuaje?
Una de las consideraciones clave en este proceso es conocer si existe algún tipo de piel que no es apta para un tatuaje. Por norma general, no hay un tipo de piel que no pueda hacerlo, aunque la presencia de alteraciones o enfermedades cutáneas es un signo de que es desaconsejable tatuarse.
Por ello, si se sufre de dermatitis, eccema, psoriasis, liquen o lupus, es mejor abstenerse. Estas afecciones de la piel pueden implicar un mayor riesgo de sufrir complicaciones y, en función de la zona, pueden directamente imposibilitar el procedimiento.
Recomendaciones para cuidar la piel tatuada
Si quieres cuidar tu tatuaje recién hecho mantenlo limpio y vendado durante las horas que te indique el tatuador/a. Normalmente se recomiendan de 2 a 12 horas. Tal y como hemos comentado, es importante taparlo para evitar que se infecte ya que se trata de una herida.
Lava el tatuaje 3 veces al día durante ocho o diez días. Realiza círculos suaves con la palma de la mano y sécalo poco a poco con una servilleta de papel para retirar toda la humedad sobrante. Déjalo respirar al aire durante unos 20 minutos para que se acabe de secar bien, antes de volver a taparlo.
Aplica una crema humectante para hidratar bien el tatuaje. Así evitarás que la piel se resienta y se quede tirante tras lavarlo. Simplemente, aplica una capa fina hasta que se absorba completamente por la piel. Tampoco conviene aplicar demasiada ya que podrían aparecer bacterias.
No olvides poner protector solar en tu tatuaje siempre que vayas a tomar el sol. Sobre todo, si es reciente, se recomienda evitar la exposición solar al menos durante 3 o 4 semanas, hasta que se haya completado su curación. De lo contrario pueden aparecer apoyas o puede perder color.
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